» Las palabras que utilizamos para describir la realidad que nos rodea acaban influyendo en aquello que pensamos acerca de la realidad que nos rodea.
» Las palabras tienen connotaciones emocionales y, consecuentemente, pueden servirnos como herramienta de control emocional.
» Elegir sabiamente las palabras que elegimos influye tanto en nuestra eficacia como comunicadores como en nuestra vida emocional.
» Así, enriquecer nuestro vocabulario puede dotarle de matices que nos hacen parecer más eficaces, cultos o preparados.
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